Bélgica, el país del chocolate

flandesSin duda, uno de los viajes con más contrastes, más sorpresas, más misterios y más bonitos que tengo en mi mente después de regresar de este paraíso silencioso perteneciente a los Países Bajos. Hace tan sólo una semana regresé impactado por tanta maravilla acumulada en tan poco tiempo, de un viaje al país del chocolate.  Metiéndome en terreno tengo que reconocer que el primer día las dudas sobre lo que me iba a encontrar en aquel lugar me invadieron. Pensé que aquello no iba a ser totalmente de mi agrado. En parte es entendible, tras aterrizar y llegar a la capital, Bruselas,  bajamos del confortable autobús que nos traía desde el aeropuerto de Charleroi, tras un trayecto inferior a la hora (55 kms por autovía). Nos dejó en una de las tres importantes estaciones de ferrocarril que tiene inmersas en su urbe (Gare du Midi) y mi desaliento se hizo enorme. Pongámonos en el lugar de un extranjero, centroeuropeo concretamente, que sale de la estación de Atocha y que antes de llegar a Neptuno por el paseo del Prado y contemplar las mil maravillas del barrio madrileño de Las Letras se encuentra múltiples y desalentadoras imágenes. Indigentes alrededor, callejuelas con gente tirada en el suelo, basura esparcida por las aceras… es decir, lo mismo que uno se puede encontrar de vez en cuando por Madrid o Barcelona antes de descubrir como decía,  las mil y una maravillas que cada una tiene en su interior. Y fue así hasta la llegada al hotel. En ese trayecto de unos 15 minutos a pie, mapa en mano, me preguntaba silenciosamente cómo serían los siguientes cinco días que iba a pasar por aquellas tierras… Tras llegar al hotel todo cambió. Para empezar, dicho hotel, que posteriormente nombraremos, era de bastante buena calidad. Lo consideraría un buen hotel de tres estrellas.

Todo fue tornando en mi mente a medida que nos aproximábamos al centro de la capital, de la cual el hotel estaba apenas a diez minutos andando. Aquellos cinco días que pensaba podían no ser como había planeado, superaron altamente las expectativas.

grote markt

Es importante decir que si uno se acerca a cualquier agencia de viajes (y yo trabajo en una de las agencias online más fuertes a nivel nacional) no encuentra un viaje organizado de 5 días a cualquier lugar de Centroeuropa por menos de 700 € por persona. Nosotros pagamos por los vuelos, los hoteles para cuatro noches y los trayectos aeropuerto Charleroi – Bruselas – aeropuerto Charleroi 490 € los dos. 245 € concretamente cada uno. Cierto es que posteriormente nos fuimos gastando más dinero realizando los trayectos entre las diferentes ciudades, sumando también los desayunos, las comidas y las cenas (y por supuesto bastantes caprichos, por qué no decirlo) no superamos los 450 € suplementarios de gastos entre los dos. En total, pasamos unas maravillosas vacaciones de 5 días conociendo cuatro ciudades de ensueño en la región de Flandes y alguna que otra sorpresa por menos de 1000 €.

Esas maravillas de las que os hablo son, a parte de Bruselas Amberes, Brujas y Gante (Antwerpen, Brugge y Gent en el idioma principal que allí hablan, el neerlandés, una mezcla de alemán e inglés, acreditado esto por una ciudadana de la región de Flandes), región que nos maravilló por completo. Tengo que añadir que a la visita de estas ciudades (varias de ellas acreditadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) se les unió la visita a uno de los campos de trabajos forzados (Campos de Concentración) que utilizaron los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Fue espeluznante y único comprobar las tropelías que se cometieron en lugares así,  y es una visita recomendable para que uno tome consciencia de hasta dónde podemos llegar los seres humanos.

Por lo demás, el resto del viaje tuvo muchas luces y pocas o casi ninguna sombra. Posteriormente describiré cómo trasladarse de una localidad a otra, qué medio de transporte utilizar, los precios que os encontraréis, y establecimientos tanto hoteleros como hosteleros recomendables (y algunos de ellos pocos recomendables).

tintín

 

 

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